Es imposible hablar de videojuegos retro sin referirse, en algún momento, al género shooter. Y más concretamente, al subgénero de los matamarcianos, uno de los que más en boga estuvo allá a finales de los 70 y buena parte de la década de los 80. Dentro del vasto catálogo de videojuegos retro del tipo mata-mata, hay uno que destaca no sólo por su calidad, sino por estar considerado por muchos como el padre del género en cuestión. Nos referimos, cómo no, a Space Invaders, el primer matamarcianos, propiamente dicho, de la historia de los videojuegos.
En los albores de la industria del videojuego, los títulos aparecían con cuentagotas. La realidad es que no había experiencia en la materia y tampoco estaba claro el potencial comercial que se podía extraer de una obra virtual destinada a consumir las pocas horas de ocio de que disponían los ciudadanos. Los videojuegos eran, más bien, experimentos de frikis que ponían su conocimiento en electrónica y programación al servicio del talento creativo.
Gracias a estos precursores, casi siempre independientes, algunas compañías de oriente y occidente comenzaron a ver el enorme potencial que atesoraban algunos de aquellos precarios experimentos. La tecnología aún estaba en pañales, pero las ganas y la imaginación del ser humano no conocen límites.
Gracias a estos precursores, casi siempre independientes, algunas compañías de oriente y occidente comenzaron a ver el enorme potencial que atesoraban algunos de aquellos precarios experimentos. La tecnología aún estaba en pañales, pero las ganas y la imaginación del ser humano no conocen límites.
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| Videojuegos Retro, Space Invaders (Compañía: Taito) |
Uno de aquellos pioneros fue Toshihiro Nishikado, un trabajador de Taito que quiso interpretar su propia versión de una supuesta invasión alienígena. Con los medios del momento, no quedaba otra que crear un programa atractivo, sencillo, fácil de jugar, pero que supusiera un verdadero reto para el usuario, Después de darle muchas vueltas, Toshihiro lo tuvo claro. Presentó sus diseños y mecánica de juego a Taito y la compañía le dio el beneplácito. Space Invaders daba el pistoletazo de salida.
Space Invaders ponía al jugador a los mandos de un cañón que debía impedir el avance de legiones de mortíferos aliens que, con ritmo firme, se dirigían hacia la tierra. Un total de 55 marcianos ordenados en 5 filas paralelas de a 11 se desplazaban da lado a lado de la pantalla, al tiempo que se aproximaban a nuestro planeta. Además nuestros temibles "amigos" disparaban proyectiles para tratar de inutilizar nuestro cañón. Nosotros debíamos esquivar el fuego enemigo mientras abríamos fuego contra ellos. Por fortuna, para evadir lo ataques, contábamos con parapetos con los que cubrirnos que, eso sí, se iban destruyendo a medida que recibían impactos de los aliens. Cuantos menos marcianos quedaban en pantalla, más rápido y virulento era su avance. Tras liquidarlos, una nueva oleada aparecía en pantalla, y así hasta que la invasión lograra su objetivo, lo cual era inevitable.
Taito y Toshihiro habían logrado su objetivo, concluir un videjuego adictivo y sencillo de jugar. Pero hubo un hito mucho mayor, generar éxito y expectación entre los primeros usuarios de videojuegos. El cajón de Space Invaders se impuso en todos los bares, pubs y salones recreativos del mundo entero. Los jóvenes coleccionaban monedas con el único objetivo de conseguir créditos en la máquina de Space Invaders y alcanzar la máxima puntuación posible.
Space Invaders no sólo era un magnífico videojuego con diseños atractivos rebosantes de personalidad y con una jugabulidad a prueba de bombas. Space Invaders era también una máquina de hacer dinero. Además de haber creado el principal referente de los shot em up, Toshihiro había demostrado que la industria del videojuego era capaz de generar pingües beneficios.
Tras el éxito obtenido por Space Invaders, ya nada volvería a ser igual. Los videojuegos comenzaron a ser tomados en serio. La industria empezaba ser un sector interesarte en el que poder invertir para obtener rentabilidades relvantes.
Space Invaders ponía al jugador a los mandos de un cañón que debía impedir el avance de legiones de mortíferos aliens que, con ritmo firme, se dirigían hacia la tierra. Un total de 55 marcianos ordenados en 5 filas paralelas de a 11 se desplazaban da lado a lado de la pantalla, al tiempo que se aproximaban a nuestro planeta. Además nuestros temibles "amigos" disparaban proyectiles para tratar de inutilizar nuestro cañón. Nosotros debíamos esquivar el fuego enemigo mientras abríamos fuego contra ellos. Por fortuna, para evadir lo ataques, contábamos con parapetos con los que cubrirnos que, eso sí, se iban destruyendo a medida que recibían impactos de los aliens. Cuantos menos marcianos quedaban en pantalla, más rápido y virulento era su avance. Tras liquidarlos, una nueva oleada aparecía en pantalla, y así hasta que la invasión lograra su objetivo, lo cual era inevitable.
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| Videojuegos Retro, Space Invaders arte |
Taito y Toshihiro habían logrado su objetivo, concluir un videjuego adictivo y sencillo de jugar. Pero hubo un hito mucho mayor, generar éxito y expectación entre los primeros usuarios de videojuegos. El cajón de Space Invaders se impuso en todos los bares, pubs y salones recreativos del mundo entero. Los jóvenes coleccionaban monedas con el único objetivo de conseguir créditos en la máquina de Space Invaders y alcanzar la máxima puntuación posible.
Space Invaders no sólo era un magnífico videojuego con diseños atractivos rebosantes de personalidad y con una jugabulidad a prueba de bombas. Space Invaders era también una máquina de hacer dinero. Además de haber creado el principal referente de los shot em up, Toshihiro había demostrado que la industria del videojuego era capaz de generar pingües beneficios.
Tras el éxito obtenido por Space Invaders, ya nada volvería a ser igual. Los videojuegos comenzaron a ser tomados en serio. La industria empezaba ser un sector interesarte en el que poder invertir para obtener rentabilidades relvantes.
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